El proyecto se abordo debido a la falta de oportunidades de empleo y deterioro de la agricultura de Antioquia, los jóvenes migraban a Lima dejando su pueblo en abandono. Anteriormente no se recibía turistas. La gente prefería visitar Cieneguilla y no consideraban Antioquia como punto atractivo.
El proyecto es exitoso por que nace con la idea de transformar a un pueblo y a su gente conjuntamente. Elevar la autoestima de la población a través del arte y el trabajo. Trabajar en conjunto, la municipalidad, el CIED y la población. Se desarrollaron proyectos agroindustriales para darle valor agregado a la producción frutícola y atraer al consumidor a Antioquia a través del desarrollo de una oferta turística propia.
Los protagonistas de “COLORES PARA ANTIOQUÍA” fueron el Centro de Investigación, Educación y Desarrollo (CIED), el cual concibió la idea de trabajar un proyecto de promoción turística. El alcalde distrital, Ángel Mantari, quien dio inicio junto con la población a la experiencia llamada “COLORES PARA ANTIOQUÍA”. Los artistas que apostaron por la idea de convertir a Antioquía en una obra de arte, además de realizar talleres de artes plásticas para que todos se sientan involucrados con la obra y los pobladores, que refaccionaron y pintaron sus propias fachada para ayudar con mano de obra.
El proyecto es exitoso por que nace con la idea de transformar a un pueblo y a su gente conjuntamente. Elevar la autoestima de la población a través del arte y el trabajo. Trabajar en conjunto, la municipalidad, el CIED y la población. Se desarrollaron proyectos agroindustriales para darle valor agregado a la producción frutícola y atraer al consumidor a Antioquia a través del desarrollo de una oferta turística propia.
Los protagonistas de “COLORES PARA ANTIOQUÍA” fueron el Centro de Investigación, Educación y Desarrollo (CIED), el cual concibió la idea de trabajar un proyecto de promoción turística. El alcalde distrital, Ángel Mantari, quien dio inicio junto con la población a la experiencia llamada “COLORES PARA ANTIOQUÍA”. Los artistas que apostaron por la idea de convertir a Antioquía en una obra de arte, además de realizar talleres de artes plásticas para que todos se sientan involucrados con la obra y los pobladores, que refaccionaron y pintaron sus propias fachada para ayudar con mano de obra.
El alcalde del distrito apreció en España un pueblo que mantiene pinturas como atractivo y pensó que Antioquía también podría ser pintada. Le propuso al pueblo mediante una consulta popular el pintado de las casas. Fueron invitados a Antioquia 10 artistas de Lima que convivieron con los habitantes de Antioquía, como parte de la iniciativa de CIED. Los artistas pintaron cuadros con motivos de Antioquía los que fueron subastados para obtener fondos. La municipalidad se presentó a un concurso en el expuso la idea y salió ganadora. Con el premio recaudado se empezó a trabajar la primera etapa del proyecto. Los pobladores a pesar de la desconfianza que mostraban permitieron el pintado de las primeras 50 casas.
Se llegó a acuerdos entre el gobierno local, la ONG, CIED y la población. El alcalde, visitó a las familias casa por casa para involucrarlos en el proyecto. Luego que las primeras casas fueron pintadas, la municipalidad emitió una ordenanza referida al respeto a los colores de Antioquia. Haciendo que los pobladores consideren a su pueblo patrimonio de la comunidad que debe ser cuidado.
El proyecto se financió con el aporte de la Municipalidad mediante 25 mil soles. Este dinero permitió la refacción y pintado de las casas. El costo por cada casa fue de 150 dólares. Hubo aportes de empresas como Cementos Lima que pagó el premio del concurso. De igual manera la agencia CUSO remuneró a un personal para que movilice el proyecto. Todo el dinero fue administrado por el Centro de Investigación y Desarrollo (CIED). Se puede decir, sin temor a equivocación, que el manejo de los recursos fue transparente y eso ha hecho que la población confíe en el proyecto.
Los pobladores consideraban el proyecto como una extraña vehemencia del alcalde y se negaban a que sus casas tuvieran colores tan vivos como rojo, verde y azul “deje mi casa como está” fue una frase constante al principio.
La población atravesaba una situación de crisis, estaba muy escasa de fondos y desconfiaba de todo, el precio de la manzana, la fruta característica de Antioquía estaba demasiado bajo y siendo un producto altamente perecible, afrontaban importantes pérdidas.
La clave del éxito fue el compromiso y la confianza que la gente depósito en el proyecto. Se trabajo en la promoción turística y la diversificación de su economía. Se enseño a las familias a producir vinagre de manzana, mermelada de frutas entre otros.
El impacto positivo que genero este proyecto fue que ha mejorado la calidad de vida de la población reforzando su autoestima su identidad local. Otro punto muy importante es que se ha impulsado el flujo turístico, dinamizando la economía local y la generación de micro empresas.
El proyecto es sostenible dado su bajo costo, fácil aplicación y sencillez en su implementación, se convierte en ejemplo como experiencia fácilmente sostenible y replicable, capaz de generar impactos positivos en la promoción del turismo, reforzando sus lazos de identidad y pertenencia con su comunidad y distrito. El aporte de la comunidad en recursos y mano de obra ha sido importante desde la implementación sus inicios, habiendo logrado el empoderamiento de la experiencia, fundamental para su sostenibilidad.
El proyecto se financió con el aporte de la Municipalidad mediante 25 mil soles. Este dinero permitió la refacción y pintado de las casas. El costo por cada casa fue de 150 dólares. Hubo aportes de empresas como Cementos Lima que pagó el premio del concurso. De igual manera la agencia CUSO remuneró a un personal para que movilice el proyecto. Todo el dinero fue administrado por el Centro de Investigación y Desarrollo (CIED). Se puede decir, sin temor a equivocación, que el manejo de los recursos fue transparente y eso ha hecho que la población confíe en el proyecto.
Los pobladores consideraban el proyecto como una extraña vehemencia del alcalde y se negaban a que sus casas tuvieran colores tan vivos como rojo, verde y azul “deje mi casa como está” fue una frase constante al principio.
La población atravesaba una situación de crisis, estaba muy escasa de fondos y desconfiaba de todo, el precio de la manzana, la fruta característica de Antioquía estaba demasiado bajo y siendo un producto altamente perecible, afrontaban importantes pérdidas.
La clave del éxito fue el compromiso y la confianza que la gente depósito en el proyecto. Se trabajo en la promoción turística y la diversificación de su economía. Se enseño a las familias a producir vinagre de manzana, mermelada de frutas entre otros.
El impacto positivo que genero este proyecto fue que ha mejorado la calidad de vida de la población reforzando su autoestima su identidad local. Otro punto muy importante es que se ha impulsado el flujo turístico, dinamizando la economía local y la generación de micro empresas.
El proyecto es sostenible dado su bajo costo, fácil aplicación y sencillez en su implementación, se convierte en ejemplo como experiencia fácilmente sostenible y replicable, capaz de generar impactos positivos en la promoción del turismo, reforzando sus lazos de identidad y pertenencia con su comunidad y distrito. El aporte de la comunidad en recursos y mano de obra ha sido importante desde la implementación sus inicios, habiendo logrado el empoderamiento de la experiencia, fundamental para su sostenibilidad.
1 comentario:
La nota expuesta,sobre el proyecto, Colores paraAntiòquia,no es todo,cierto.
Si bien,estuvo como alcalde sr Mantary,cuando se empezó y terminó,la primera,segunda etapa del pintado,del pueblo..no fue idea.suya el proyecto.
En realidad,fue el aporte de todos,la ONG Cied,la empresa privada,artistas,la población y comunidad,para lograr un producto turístico,a través del arte.
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